ACTIVIDADES DE APOYO

En esta sección se presentan actividades sugeridas para trabajar con personas con autismo. Estas propuestas están diseñadas para fomentar el desarrollo de habilidades en diferentes áreas con el apoyo de material adaptado que puede elaborarse con materiales reciclados

ESTIMULACIÓN SENSORIAL

La estimulación sensorial en personas con autismo se enfoca en regular y promover una adecuada integración de los estímulos del entorno, ya que muchas personas con autismo presentan hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos como sonidos, texturas, luces o movimientos. El trabajo en esta área busca ayudar a la persona a procesar mejor la información sensorial, favoreciendo su bienestar y funcionalidad diaria.

Un libro de texturas es una herramienta sensorial muy útil para niños autistas, ya que les permite explorar diferentes estímulos táctiles de manera segura y estructurada, promoviendo la integración sensorial, la autorregulación y el desarrollo del lenguaje. Puedes usar diferentes figuras y colores para atraer la atención del niño

Las botellas sensoriales son herramientas utilizadas para estimular el sistema visual, auditivo y táctil, también sirve para calmar en momentos de crisis. Son muy útiles porque pueden ayudar en momentos de sobrecarga sensorial, favorecer la autorregulación emocional y promover la concentración.
Precaución: ajusta bien la tapa para que el niño no la abra y derrame lo que esta en el interior

la organización de objetos por colores también ayuda en la estimulación visual. Esta técnica se basa en el uso estructurado y sistemático de colores para facilitar la comprensión del entorno, promover la atención y fomentar la clasificación y el orden. Además, trabajar con colores puede fortalecer habilidades como la discriminación visual, la memoria y la planificación

MOTRICIDAD GRUESA

La motricidad gruesa en personas con autismo se trabaja mediante actividades estructuradas que promueven el control y coordinación de los grandes grupos musculares, fundamentales para el equilibrio, la postura y el desplazamiento. Para trabajar motricidad gruesa en personas con autismo, se puede implementar ejercicios que fomenten el salto, la carrera, el equilibrio y la coordinación general.

Los ejercicios de equilibrio son fundamentales para fortalecer la motricidad gruesa en niños con autismo, ya que estimulan el control postural, la coordinación y la conciencia corporal. Estas actividades, como caminar sobre líneas, usar pelotas terapéuticas o mantenerse sobre superficies inestables, favorecen el desarrollo del sistema vestibular y propioceptivo, esenciales para regular el movimiento y el equilibrio.

Los ejercicios de insertar aros o lanzar pelotas a través de ellos son una excelente herramienta para estimular la motricidad gruesa en niños con autismo, ya que requieren movimientos amplios de brazos, coordinación ojo-mano y equilibrio corporal. Esta actividad fomenta el desarrollo del control motor, la planificación motora y la conciencia espacial. Además, al tratarse de una dinámica repetitiva y estructurada, brinda anticipación y seguridad.

Los ejercicios de movimientos coordinados, como saltar, marchar o imitar secuencias rítmicas, son fundamentales para fortalecer la motricidad gruesa en niños con autismo. Estas actividades promueven la integración sensorial, el equilibrio y la planificación motora, lo que les permite mejorar su coordinación y control corporal. Además, al trabajar en patrones motores repetitivos y guiados, se fomenta la concentración y la regulación del cuerpo en el espacio.

MOTRICIDAD FINA

La motricidad fina en personas con autismo se trabaja a través de actividades terapéuticas y lúdicas que estimulan el uso coordinado de los músculos pequeños de las manos y los dedos, esenciales para tareas como escribir, abotonarse o manipular objetos. Para trabajar motricidad fina en personas con autismo se puede implementar actividades como el uso de pinzas, ensartado de cuentas, trazado de líneas, recorte con tijeras y juegos de encaje que fomentan la precisión, coordinación óculo-manual y fuerza en las manos.

Los ejercicios de ensartado  son altamente beneficiosos para trabajar la motricidad fina en niños con autismo. Estas actividades fortalecen los músculos de las manos y los dedos, mejoran la coordinación óculo-manual y estimulan la concentración. Además, favorecen el desarrollo de la precisión y el control necesarios para tareas cotidianas como abotonar o escribir, contribuyendo a una mayor autonomía en su vida diaria

El uso de pinzas en actividades terapéuticas es una herramienta eficaz para estimular la motricidad fina en niños con autismo. Al manipular pinzas para agarrar y trasladar objetos pequeños, se fortalecen los músculos de los dedos y se mejora la coordinación óculo-manual. Estas tareas también promueven la precisión del agarre y el control de movimientos finos, habilidades fundamentales para la escritura y el autocuidado.

El seguimiento de trazos es una actividad clave para estimular la motricidad fina en niños con autismo, ya que les permite desarrollar el control de los movimientos manuales, la coordinación visomotora y la precisión en el uso de herramientas como lápices o crayones. Al practicar trazos rectos, curvos o con formas específicas, los niños fortalecen los músculos de la mano y mejoran habilidades necesarias para tareas escolares como la escritura.